La electrólisis incide sobre el sodio que contienen los tejidos, produciendo una reacción química que consigue destruir completamente la raiz del vello. Esto es debido a que produce un efecto cáustico que se mantiene en el tejido coagulado.
La radiofrecuencia produce calor mediante ondas. El proceso es el siguiente: utilizando una aguja muy fina, a través de la que pasa una corriente de alta frecuencia, se consigue destruir la raiz sin dañar la piel. Por tratarse de un método de depilación definitiva algo doloroso, se debe evitar mantener sesiones que lleven más de treinta minutos. Hay que tener en cuenta también que para la aplicación de este método de depilación definitiva, el profesional debe contar con una vista excelente y estar dotado de un buen pulso que le permita ser muy preciso, ya que hay que aplicarlo pelo por pelo, a diferencia de la depilación por láser. De todas formas, como decíamos más arriba, es el sistema más ideal para tratar el vello blanco.
Este sistema es una mezcla de los dos sistemas anteriores, la electrólisis o galvanización y la radiofrecuencia o termólisis. La electrólisis proporciona un efecto cáustico y la radiofrecuencia aporta un efecto de recalentamiento de los tejidos cercanos a la aguja.
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